Jaime Fillol luchó con todos sus recursos para quedarse con el triunfo en el quinto y definitivo punto ante Julián Ganzábal (Foto: Revista Estadio) |
Entre el 4 y el 7 de mayo de 1973 el Buenos Aires Lawn Tenis Club fue testigo de una sufrida victoria chilena sobre los locales por 3-2. La serie comenzó con la derrota de Jaime Fillol ante Guillermo Vilas 3-6 3-6 0-6. Luego Patricio Cornejo le ganó a Julián Ganzábal 6-4 6-2 5-7 6-4. En el dobles Fillol/Cornejo perdieron ante Cano/Vilas 6-3 4-6 6-4 3-6 4-6. En la jornada final Cornejo venció a Vilas 6-1 9-7 2-6 6-1, y Fillol a Ganzábal 7-5 9-11 5-7 6-2 6-1.
Según la crónica de Revista Estadio "en el primer día de la competencia, si bien hubo división de honores a un punto, fue Argentina la que apareció con mayores posibilidades de tomar la delantera, por cuanto Vilas, demostrando su Insuperable estado físico y anímico, "destrozó virtualmente a Fillol, ganándole con facilidad los dos primeros sets, llegando al extremo de hacerlo desaparecer de la cancha en el tercero, en el que el chileno no pudo ganar ni siquiera un game. Esto, en verdad, "fue como mucho" y enfrió totalmente el optimismo de todos los chilenos que especialmente hablan ido a Buenos Aires a presenciar la competencia (...) Fillol, cierto es, estuvo mal, pero, a nuestro juicio, si hubiera jugado al mejor nivel que le conocemos, igualmente habría caído derrotado, pues Vilas de mostró en ese match ser imbatible. Fillol luchó con sus mejores energías por salir del embotellamiento a que lo tenia sometido su rival, que lo aventajaba en todo; esto es en servicio, rapidez y potencia de sus drives, posadas en la red y voleas y remaches magistralmente colocados. Ante esto, el chileno no pudo hacer nada. Para todos, Argentina en ese instante aparecía como el seguro ganador de la confrontación".
Pato Cornejo no sólo venció en sus dos sencillos. Uno de ellos se lo ganó a Guillermo Vilas en un resultado que sorprendió a todos (Foto: Revista Estadio) |
Con la cuenta 1-1, el sábado todo indicaba que Chile se podría en ventaja. Más no fue así, tal como lo describe la nota de Estadio. "Vino el desastre que desmoronó el resto de optimismo y esperanza que tenían los chilenos. Fillol y Cornejo mostraron altibajos impropios de su calidad y cartel internacionales. No hubo entre ellos sincronización, fallando más veces el primero que el segundo. Los constantes errores cometidos por Jaime causaban desesperación en la barra chilena y molestaban visiblemente a Cornejo, que en más de una oportunidad lo llevaron a recriminar en voz alta a su compañero, especialmente cuando perdió en la red dos voleas seguidas de fácil ejecución y dos remaches, uno de los cuales 'ni siquiera le pegó a la pelota'. Por su parte, Vilas y Cano, actuando siempre en forma pareja, con vertiginoso ataque en la red, mantuvieron el control del court y en dos horas y media de batallar, luego de cinco sets, conquistaron el triunfo (...) la pérdida de este doble, que se consideraba incluso por los propios argentinos como punto seguro para Chile, no fue ya un balde, sino un tonel de agua fría que cayó sobre todos los chilenos, En ese instante la confrontación estaba perdida para todos".
Fillol durante la serie en que Chile derrotó a Argentina en el Buenos Aires Lawn Tennis Club (Foto: Revista Estadio) |
Y vino lo imposible. "El quinto partido empezó el domingo, pero debió suspenderse por falta de luz. Fillol quedó en ventaja de un set y empate a tres games sobre Ganzábal. Y había dicho al salir de los camarines: "Si Cornejo pudo lo imposible, ¿por qué yo no voy a ser capaz de imitarlo? Además Taverne le dijo esas mágicas palabras: 'Jaime, tú tienes ya demasiada experiencia en contiendas internacionales y sabes cómo afrontar una brava lucha. En el court no te diré cómo juegues, pero sólo una cosa te pido, y esto es que recuerdes a cada instante que tu capitán tiene absoluta confianza en ti, pues te rehabilitarás brillantemente, dándole a Chile esta gran victoria' (...) Y el 'milagro' que se esperaba empezó a vislumbrarse a partir del quinto set. Fillol, jugando totalmente concentrado, diríamos que hasta con rabia, no permitió que Julián tomara el control del partido. Fue ganando game tras game hasta sacar cuatro de ventaja. El argentino ganó el quinto juego, pero Fillol, sin hacer caso de la explosión de júbilo en la barra argentina, mantuvo su serenidad, quebró el sen-icio del transandino y finalmente con el suyo dejó en cero a su rival, ganándole con su potente y bien colocado saque las cuatro pelotas de una hebra" (...) Así Chile, por cuarta vez consecutiva, había ganado el cetro del tenis sudamericano".
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