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| Ríos y Hernández en un tenso saludo tras el triunfo inesperado del azteca en el cuarto punto de la Davis de 2002 (Foto: La Jornada de México) |
Era fundamental vencer para mantenerse en Zona I Americana. Al frente México, en el auditorio Josefa Ortiz de Domínguez de Querétaro, con un equipo en papel accesible.
La presencia de Nicolás Massú y Marcelo Ríos daban garantía de cierta calma. Sin embargo, el desempeño y las palabras del Chino pondrían en riesgo la tarea.
El 12 de julio de 2002 abrió la serie Massú ante Alejandro Hernández, y lo venció sin grandes dificultades por 6-3 6-1 y 6-0.
En el segundo punto, Ríos derrotó con más complicaciones de las esperadas a Marcelo Amador 7-5 6-7(3) 6-3 6-2. Todo normal hasta las declaraciones de ex n° 1 de la ATP; se refirió al partido como "un buen entrenamiento", frase que predispuso negativamente a los rivales y al público.
Como era de esperar, el match de dobles se resolvió en favor de los locales gracias al gran nivel de la dupla Echagaray/González, que con parciales 3-6 6-3 3-6 2-6 le ganó Massú y Hermes Gamonal.
Por la boca muere el pez
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| Nicolás Massú con la bandera chilena y el alivio de la serie ganada con más esfuerzo del esperado (Foto: EMOL) |
El Chino caería 6-7(5) 6-3 6-2 0-6 2-6. Las primeras palabras tras el lance no se detuvieron; Hernández tras calificar como "persona asquerosa" a Ríos, agregó que "es un tipo que abre mucho la boca. Todas las cosas que dijo, que no nos conocía, que era un entrenamiento, no estuvieron bien. De hecho yo he entrenado más de cinco veces en Australia con él y no sé por qué dice que no me conoce. De seguro, después de este partido se va a acordar bastante más".
El chileno respondió a los medios que "Si dice que entrené con él debió haber sido un entrenamiento bastante malo, porque siempre me acuerdo de los buenos. Además, que alguien diga que soy asqueroso no es nada nuevo. No sé por qué lo dijo, porque dije que no los conocía porque no juegan en un nivel profesional. Ahora, si les dolió tanto que les dijera que no son nadie realmente, no era mi ánimo".
El ambiente se había encendido más de la cuenta. La Jornada de México relataba que "con la serie empatada (2-2) y más euforia de sectores del público en estado etílico, (Marcelo) Amador no pudo saltar a la cancha librado de presiones, y simplemente el partido fluyó conforme a los niveles de cada jugador. Massú hizo valer su puesto 74 del mundo sobre el inexperto Amador, más allá de los 500, a quien derrotó sin problemas por 6-3, 6-4 y 6-4".
El Mercurio de Valparaíso, a modo de prólogo comentaba ese fin de semana: "Chile tocó las puertas del infierno, asomó la cabeza incluso, pero zafó a la tentación de caer todavía más hondo de lo que ya se había hecho ante Canadá en abril".
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