El capitán Luis Ayala durante el intercambio de banderines en la ceremonia inaugural de la serie (Foto: Revista Estadio) |
Entre el 9 y el 11 de enero de 1981, el Exposición Lawn Tennis Club de Lima fue sede de la serie de Copa Davis entre Perú y Chile, la que finalmente se inclinaría en favor de los chilenos por 4-1.
En la jornada inaugural, Hans Gildemeister venció a Fernando Maynetto en tres sets por 6-2 6-3 6-4 en un duelo que puso frente a frente a los número uno de cada país.
En la crónica de Carlos Ramírez, enviado especial de Revista Estadio a Lima, se consigna que "con una interrupción de casi media hora se jugó el primer set, por problemas con la energía eléctrica que iluminaba el recinto. Gildemeister demoró 50 minutos para ganar el primer set a Maynetto por 6/2. Luego 30 minutos para imponerse 6/3 en el segundo y 44 minutos en el definitivo 6/4. Hans cometió cinco dobles faltas en un encuentro en el que tuvo dificultades para retener su saque. Sólo lo ganó en 7 de 13 juegos, de modo que sin mantener esa arma fundamental que es el servicio, pero con la violencia de sus 'drives' a dos manos consiguió un cómodo triunfo. La diferencia entre el 25 del mundo y el 178 se hizo notar. Lo que provocó sin embargo, las irregularidades de Gildemeister fue la constante dolencia que sintió desde la mitad del primer set que lo hizo, incluso pensar en retirarse. Ayala el único que supo de ésto durante el encuentro pudo aliviar con calmantes al jugador". Terminando el match, Hans se trasladó de inmediato al hotel, donde hizo reposo absoluto y suspendió la práctica del tenis.
Hans Gildemeister le dio a Chile el primer punto de la serie (Foto: Revista Estadio) |
En la crónica de Estadio se destaca en ambos "el equilibrio y espíritu de lucha. Arraya gano 6/4 el primer set en 42 minutos, cuando Rebolledo se recuperó de un comienzo errático y se pudo 4/5 después de estar 0/2. Luego vino la recuperación de Rebolledo para ganar 6/2 en 34 minutos. La lucha alcanzó ribetes de emoción en el tercer set cuando Rebolledo se fue al descanso al ganar 7/5 recuperándose de un 0/3. Al volver al court el dominio fue incontrarrestable del chileno que consiguió en 25 minutos el definitivo 6/1. La formula de su éxito fue la seguridad que ofreció en el fondo de la cancha y su espíritu de recuperación en su debut frente a la gran esperanza peruana, que era nada menos que finalista del Orange Bowl de 1979".
Para el dobles, para dar tiempo a la recuperación de Gildemeister, "se recurrió a la pareja constituida por Belus Prajoux y Ricardo Acuña que había entrenado durante diez días en Santiago y también en Lima". Finalmente la dupla aseguraría la serie para Chile tras vencer al binomio Arraya/Maynetto 6-4 6-2 5-7 6-2.
"Durante una hora y quince minutos -relata Carlos Ramírez- el dominio del dobles chileno sobre Maynetto y Arraya fue contundente. En 30 minutos se consiguió el 6/4 inicial. Luego en 27 minutos se concreto el 6/3. Tras los 7 juegos iniciales del tercer set todo parecía resuelto. Sin embargo, la súbita incorporación de público, que con gritos y manifestaciones trajo numerosas interrupciones, provocó por momentos descontrol en los chilenos y la lógica levantada en los adversarios. Ante las insólitas exclamaciones de los peruanos, sus jugadores consiguieron en vibrante recuperación ganar 5 juegos seguidos y ahogar el grito de victoria de los chilenos. El 7/5 para Perú provocó la incertidumbre. Se produjo un breve desconcierto. Prajoux, que prácticamente no tuvo errores en todo el partido con sus acertados globos sobre la línea del fondo contrarrestando los ataques de la pareja peruana, combinando con subidas a la red aplicando toques de pelota 'drops shots' y muy bien ubicados remaches, no pudo además controlar el nerviosismo que hizo presa por instantes de Ricardo Acuña, que falló algunas pelotas claves en la red. Sin embargo, en el descanso en los camarines, los consejos de Ayala, del propio Gildemeister que bajó desde la tribuna y en general la tranquilidad que ofreció la delegacion, devolvió la serenidad. Al mismo tiempo el dirigente peruano Guillermo Jones explicó al público que si continuaban las manifestaciones hostiles el árbitro general, Alfonso Rozo de Colombia, de buen cometido, tenía la autoridad para desalojar el recinto y ordenar la continuación del match 'a puertas cerradas', lo que produjo la vuelta a la calma. Y con la calma volvió el dominio nacional. El tercer set fue una réplica de los dos sets iniciales y Prajoux con Acuña nuevamente coordinados concretaron el set definitivo y la victoria incontrarrestable de Chile al conseguir el tercer punto".
El plantel peruano durante la ceremonia inaugural (Foto: Revista Estadio) |
Sobre los partidos finales, Estadio comentó que "le costó, tres juegos a Rebolledo entrar en el partido. El relajo propio del triunfo hizo que no practicara en la mañana, de modo que no podía tomar el ritmo del partido. Sin embargo, tras el comienzo errático pudo aplicar sencillamente su potencia y seguridad en los tiros de fondo con efecto sobre el revés del zurdo peruano, para ir acumulando juegos y provocando el error de su adversario. Tras los 42 minutos que demoró en conseguir el 7/5, le costó poco más de 20 minutos decretar el 6/3 del segundo set, con lo que no sólo conseguía el 4 por 0 para Chile, sino que culminaba en buena forma su debut en la Copa Davis".
Sobre el ultimo punto, la crónica agrega que "la disputa finalmente permitió el desahogo de los hinchas peruanos. Se recordaba la victoria de Arraya sobre Acuña en Quito en el Grand Prix y de ahí que auguraban la repetición de la situación. El primer set que comenzó mal para Acuña mostró su recuperación tras los consejos de Ayala que le indicó que no pegara 'a tontas y a locas', sino que cuidara más la pelota para sólo en los momentos claves, subir a ganar el punto en la red. Así el 7/ 5 hizo pensar que Acuña podría dominar a su extravertido adversario. Sin embargo, después de los 4 juegos iniciales del segundo set Acuña volvió a caer en sus errores iniciales, mientras que Arraya recuperaba la seguridad. En 32 minutos el 6/2 del equilibrio provocó la recuperación del entusiasmo de los locales. En el tercer y definitivo set Acuña, simplemente, descontroló y se fue con todo en busca de los puntos ganadores y curiosamente lo que el dominaba en sus años de tenis en los Estados Unidos fue su punto débil. Falló innumerablemente en la red quedando todo reflejado en el sexto juego, cuando tuvo a su merced las cuatro pelotas que sirvió Arraya y las cuatro las equivocó para dar el punto a su rival. En el tercer set, que resolvía todo, los errores que Acuña cometió los pago en definitiva entregando el último punto que permitió, finalmente, dar rienda suelta a la alegría, de
los limeños, que lanzando los cojines que los acompañaron durante los tres días de frustración, al fin veían la esperada victoria".
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