sábado, 19 de diciembre de 2015

Copa Davis 1976: CHILE ACARICIA LA ENSALADERA DE PLATA, ITALIA SE LA LLEVA

Patricio Cornejo y Adriano Panatta animaron el segundo partido
de la serie final de Copa Davis 1976 con triunfo para el
italiano (Foto: AP)

1976 pudo ser el año de la hazaña. Jugando la final en casa, Chile pudo haber ganado la Copa Davis. Pero Italia dijo no.

Ya el año anterior se había alcanzado semifinales ante Suecia, que en medio de la polémica perdió en Bastaad.

La Davis 1976 comenzó con el triunfo sobre Argentina y Sudáfrica (3-2 ambas series). Luego vendría el match ante la URSS que no se jugaría ante la no presentación soviética por razones políticas.

Chile clasificó sin jugar a la final. Y pudo ser campéon de la misma manera por el gran debate que hubo en Italia respecto a presentarse o no.

Según consigna un artículo del sitio Mundo Obrero, "ciertamente, el contexto político que vivía Italia en esa época estuvo a punto de echar por tierra aquel duelo, principalmente debido a la férrea oposición planteada por el Partido Comunista de Italia (PCI), que quería evitar a toda costa la visita de sus jugadores a Santiago, en señal de protesta y condena a la dictadura de Augusto Pinochet. Al mismo tiempo, los jugadores italianos manifestaban su deseo de jugar la final, lo que fue motivo de críticas en su país, especialmente a Panatta, identificado con el Partido Comunista".

El equipo chileno finalista de Copa Davis 1976. Cornejo,
J. Fillol, Gildemeister, A. Fillol y Prajoux
(Foto: El Mercurio)
Esta misma publicación comenta que "la situación era compleja, pero de pronto algo pasó… aunque pasaron años antes de que el secreto fuera desvelado por el realizador Domenico Calopresti en el documental "La Maglietta Rossa" (La Camiseta Roja, 2009) (...) Faltando muy pocos días para la fecha, a través de Ignatius Pirastu, jefe de la Comisión de deportes de PCI, llegaron noticias de Berlinguer (sardo de pocas palabras, elegante y tenaz negociador), quien a su vez había intercambiado mensajes con el entorno de Luis Corvalán, secretario general del Partido Comunista de Chile, preso de la dictadura pinochetista que por esos días era liberado en Zurich gracias a la presión de la URSS".


Mal comienzo en el primer día


Finalmente, el 17 de diciembre de 1976 el Court Central del Estadio Nacional fue testigo de una final de Copa Davis.

En conversación que tuvo con Cooperativa, Patricio Cornejo recordaba que los días previos "había una gran efervescencia, y era puro tenis no más, en las radios, en las revistas. Yo recuerdo que a veces salíamos a comer y en muchos lugares alguien que estaba allí nos pagaba la cuenta, o llegabas a un restaurante o a un lugar y la gente se levantaba y nos aplaudía".

La serie partió con el match entre Jaime Fillol y Corrado Barazzutti, con parciales favorables al italiano 5-7 6-4 5-7 1-6.

El diario catalán Mundo Deportivo en su crónica señala que "aunque en los primeros compases de la contienda, Fillol ejerció un dominio constante, subiendo a la red con décisión y tomando delante por 4-1 en el marcador, poco a poco fue bajando su nivel y Barazutti, empecinado en los golpes de fondo y pasándolo en las subidas a la red, acabó por romper el sistema nervioso de su contrincante. Después de 37 minutos de lucha el italiano ganaba la primera manga, por 7-5 (...) En la continuación, Fillol intentó y consiguió una reacción desesperada presionando a su rival sobre la red e intentando por todos los medios recuperar el terreno perdido. Pero en ese segundo set que se adjudicó por 6-4, dejó casi todas sus fuerzas y la posibilidad de dar a su país el punto de la confianza que permitiera albergar alguna esperanza (...) Luego, Barazutti, ganaría la tercera manga con grandes dificultades por 7-5, y en el cuarto y último set arrasaría a su contrincante con un 6:1 tan contundente como delatador".

Este resultado afectó el ánimo nacional; Cornejo explicaba a Cooperativa en entrevista que "la consigna era que al que le tocara jugar con Barazzutti tenía que ganar. Muriendo, en cinco sets, en 200 sets, daba lo mismo, pero ese punto había que ganarlo y era la única manera de llegar el día del dobles mejor, con una posibilidad mucho más real de algo".

En el segundo partido, el 18 de diciembre, Patricio Cornejo cayó ante Adriano Panatta 3-6 1-6 3-6. La tarea se puso cuesta arriba para el dobles.

Mundo Deportivo consignaba: "El segundo partido debía ser de puro trámite. Adriano Panatta, «número uno» italiano y hombre avezado en encuentros de responsabilidad, no debía pasar apuros delante del «número dos»’ chileno, Patricio Cornejo, pese que a éste se crece delante de su público y de las adversidades. Pero Cornejo debía recuperar el punto perdido por Fillol y -eso fue el determinante de su derrota (...) Solo tres sets y apenas una hora y media de partido bastaron para que el campeón de Roma y Roland Garros se deshiciera de su contrincante. El 6-3, 6-1, 6-3 que señalaba el marcador al cabo del «match» era lo suficientemente elocuente para advertir cómo se había desarrollado la contienda. Su servicio demoledor, la perfección de su volea y su mayor veteranía en partidos importantes fueron armas demasiado mortales para Cornejo hundido, atenazado y presa de una responsabilidad que ponía plomo en su raqueta".

Las camisetas rojas y el triunfo italiano


Los italianos Bertolucci y Panatta con las polémicas
camisetas rojas en protesta a Augusto Pinochet
Foto: Corriere Della Sera
Con la cuenta 0-2, Fillol y Cornejo se aprestaron a enfrentar con un gran marco de público a la pareja italiana de Panatta y Paolo Bertolucci. El ambiente político que precedió el match volvió a sentirse enrarecido consigna Mundo Obrero cuando "Adriano Panatta saltó a la pista con una indumentaria especial, una camiseta roja y, a su vez, convenció a su compañero de doble, Paolo Bertolucci, para que hiciera lo mismo" como una señal de protesta al régimen militar de Pinochet.

La dupla chilena tuvo un comienzo aupicioso, ganando el primer set 6-3, pero la ilusión se esfumó en las otras mangas, en que la dupla italiana mostró su poderío, ganando los siguientes parciales 2-6 7-9 3-6, y de paso asegurando la Ensaladera de Plata por primera vez para su país.

Según relata el diario catalán Mundo Deportivo, "Los trece mil espectadores que abarrotaban los graderíos del Estadio Nacional no cabían en sí de gozo cuando Fillol y Cornejo se apuntaron el primer «set». Pensaron que el «milagro» todavía era posible y que la primera jornada—que ha sido auténticamente la que ha decidido la final— podía ser sólo una nube pasajera. Con valentía, jugándose el todo por el todo, los chilenos consiguieron una y otra vez adelantarse a las intenciones de sus rivales, que parecían presa de una extraña pesadez, especialmente Panatta, que no acertaba con su temible servicio. La primera manga duró 33 minutos y abrió el camino de.las esperanzas locales".

Agrega Mundo Deportivo que "esas esperanzas no duraron, porque a partir de la primera bola del segundo «set», el panorama cambió radicalmente y tanto Panatta como Bertohcci empezaron a enhebrar un juego variado y demoledor, con servicios perfectos y con acciones terriblemente resolutivas sobre la red. Así el segundo «set» no tuvo ningún color Y se lo adjudicaron los transalpinos, por un claro 6-2 (...) Pero la decisión del encuentro estuvo en el emocionante y cerrado tercer «set» en que los cuatro jugadores parecían totalmente convencidos de que la victoria estaba en cada pelota do aquella manga y tal vez también la suerte de esta Copa Davis. Fue una lucha titánica, ejemplar, en medio de un ambiente enfervorizado que pesaba corno una lasa en el azul cielo santiagueño. (...) Hasta después de 16 juegos la suerte no cayó de uno de los bandos y fue precisamente de los visitantes que así encaminaban la ruta del más importante éxito de su país en Ja historia del tenis. El 9-7 fue tan apretado como justo, ya que la veteranía del conjunto de Pietrangellí en partidos decisivos era muy superior supieron aprovechar los momentos síquicos oportunos para ganar los puntos más importantes y determinar su victoria".

Cierra la crónica del diario catalán señalando que "el cuarto «set» ya no tuvo color. Cada pareja parecía convencida de cuál era la suerte del partido y de la eliminatoria. Adriano y Paolo convencidos de que la victoria estaba ya en sus manos y Jaime y Patriçio de que no se podía luchar contra un rival superior. Cuando el último «match-balI» es bueno la explosión de júbilo del equipo italiano fue memorable. Lágrimas, abrazos y sonrisas y una educada ovación del público ponía rúbrica a sólo dos días de tensiones y toda una larga polémica que en Italia quedara ahora olvidada a caballo del gran triunfo obtenido".

Con la serie decidida, Fillol enfrentó a Panatta cayendo 6-8 4-6 6-3 8-10. El único punto chileno lo consiguió Belus Prajoux, que tras la baja de Cornejo por un problema cardíaco, venció 6-4 6-4 6-2 a Antonio Zugarelli.

Prajoux recordaba con Cooperativa que "es una de las grandes cosas que he hecho en lo que fue mi carrera deportiva, porque disputar una final de Copa Davis jugando un partido, y ganar el punto frente a un jugador que estaba rankeado dentro de los 30 primeros del mundo, delante de mi gente y de mi país fue algo realmente emocionante, y creo que histórico también".

1-4 final que a pesar de la derrota quedaría en la historia del tenis nacional como la instancia en que se acarició la Copa Davis.

Al cierre les dejamos una nota de 24 Horas TVN a propósito de los 40 años de la final.


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