La celebración de Sergio Cortés luego de su triunfo sobre Sznajder y el 3-1 para Chile en el Court Central del Nacional (Foto: Las Últimas Noticias) |
Ni el triunfo de Chile, ni el estreno en singles de Marcelo Ríos serán la primera idea que se viene a la mente al recordar la serie de Copa Davis entre Chile y Canadá en marzo de 1993.
Desgraciadamente, el protagonismo se lo llevó el árbitro general del match, el argentino Martín de Gaínza.
Revista Triunfo, en crónica de Julio Salviat, señalaba que "la confrontación de Chile y Canadá por la Copa Davis, ganada inapelablemente por el juvenil equipo nacional, se ensució por la actuación exaltada del capitán de los visitantes y la actitud incoherente del árbitro general (...) Aunque el público es apuntado por ambos como el gran culpable de que el quinto partido se suspendiera, miles de testigos directos y millones de testigos televisivos están en condiciones de testimoniar lo contrario".
Pero comencemos con lo estrictamente deportivo.
Cortés cumple y Ríos esperanza
Marcelo Rebolledo, Gabriel Silberstein, Marcelo Ríos, Sergio Cortés y el capitán Belus Prajoux. El equipo que superó a los canadienses en 1993 (Foto: Las Últimas Noticias) |
La crónica de Las Últimas Noticias consignaba que el chileno "exhibió lo suyo: juego de fondo sin luces, presionando con insistencia el revés de Lareau, tanto con su golpe de derecha o su revés cortado, lo que se tradujo en un problema insolubles para el canadiense".
El desafío del segundo partido era mayor; Marcelo Ríos, con 17 años, saltó a la arcilla en su debut en sencillos ante Andrew Sznajder. Y aunque el chileno cayó 6-4 4-6 4-6 4-6, dejó una gran impresión su desempeño.
Triunfo comentaba que el Chino "levantó a un público hasta el punto de llevarlo al límite de lo permitido. Motivó que el canadiense Andrew Sznajder disputara cada pelota dudosa como si fuera la final de Wimbledon. Y al final, cuando peleaba el último juego, sacó dos match point, hizo sudar a todo el Court Central del Estadio Nacional mucho más de lo que provocaba el candente sol que caía sin piedad sobre Ñuñoa, y se despidió a lo grande".
Y agregó la nota. "La derrota de Ríos ante el mejor jugador del equipo canadiense, era algo que estaba en los cálculos (los separan más de 350 lugares en el ranking ATP). Pero nadie imaginó las tres horas y doce minutos que tardaría en llegar la caída".
Cortés-Silberstein, "complementación, coordinación y ambición"
El dobles de sábado 27 fue para el binomio nacional de Sergio Cortés y Gabriel Silberstein sobre Martin Laurendeau y Brian Gyetko por parciales 7-6(1) 4-6 7-5 6-4.
Marcelo Ríos -con 17 años- hizo sudar a Andrew Sznajder en el segundo sencillo, que finalmente perdió (Foto: Las Últimas Noticias) |
Apuntaba en lo técnico Zamorano que "las instrucciones del capitán se cumplieron ajustadamente, es decir, prolongar más de tres paleteos cada juego, ya que los rivales, acostumbrados a canchas rápidas, tratarían de jugar con saque y red y llevar a los chilenos a este ritmo".
La serie quedaba 2-1 para Chile, todo se definía el domingo.
El heroísmo del Checho
Seis mil espectadores repletaron el Court Central de Estadio Nacional para una nueva jornada gloriosa para nuestro tenis, cuyo héroe de turno sería Sergio Cortés. Al frente Sznajder, que tuvo que bregar más de la cuenta con Ríos, asomaba como un rival complicado de vencer en el match decisivo.
En su crónica Mario Cavalla para Las Últimas Noticias relataba que "desde el comienzo se vaticinó un partido largo y muy tenso. El 6/2 del primer set ratificó el buen trabajo de Cortés. Con paciencia de <<relojero>> mantuvo a Sznajder en la línea de fondo con su revés cortado, incomodándolo por la vía de largos paleteos. Así finiquitó el primer set sin objeción".
El árbitro general Martín de Gaínza se robó el protagonismo del partido, provocando el malestar del público en varias ocasiones (Foto: El Mercurio) |
Según la crónica de Las Últimas Noticias, "tras la reanudación, Sznajder cambió la estrategia. Comenzó a pegar más profundo y con mayor violencia. Cortés dominó la situación llevando las cosas a otro nervioso tie break que pudo definir la brega estando a dos puntos de partido. Sznajder se la jugó y se quedó con el set, 7/6".
En cuarto set el canadiense tomó la iniciativa, adelantándose 2-0. La crónica de Mario Cavalla nos cuenta que "Cortés volvió a su juego y pasó al frente 3 a 2. El equipo canadiense siguió sus reclamos y el partido se detuvo varias veces. Con el marcador 5-4 favorable al chileno estalló la vergüenza. De Gaínza paró casi diez minutos el match con el argumento de que el público, una vez más, violaba el código de conducta. Y le solicitó a Javier Flores (presidente en ese entonces de la Federación Chilena de Tenis) custodia policial, por temor a ser agredido. Belus Prajoux habló con el público para aquietar los ánimos. El <<show>> sólo ayudó a que la caldera ardiera".
Cortés estuvo fenomenal en el cuarto punto que definió la serie y que lo transformó en héroe de misma (Foto: Las Últimas Noticias) |
El maní de De Gaínza
Tras el 6-2 7-6(5) 6-7(7) 7-5 de Cortés sobre Sznajder, no hubo quinto punto entre Ríos y Lareau. La Últimas Noticias explicó que "los canadienses, avalados por el árbitro Martín de Gaínza, se negaron a seguir en la cancha y abandonaron el Estadio Nacional (...) En forma insólita argumentaron falta de seguridad".
La Tercera recordó hace poco el final de la serie: "Pero la serie pasaría a la historia por un maní. El público molestó al juez argentino Martín de Gaínza en el cuarto punto que favorecería a los nacionales. Lo curioso es que al árbitro le cayó un maní y suspendió la confrontación".
El argentino incluso prolongó la polémica en una entrevista a ANSA una vez en Buenos Aires, que Revista Triunfo consignó en su crónica. No sólo insistió en una supuesta falta de garantías para él y el equipo canadiense, sino que comentó parte del diálogo que tuvo con Prajoux en medio de la tensión: "El capitán chileno, que es muy amigo mío, me decía que siguiéramos el partido, que no pasaba nada, y entonces yo, con toda la confianza que tengo en él y sin saber que había un micrófono en el lugar le dije: mirá, la Copa Davis y las Malvinas pueden metérselas por el culo. Yo quiero salir vivo de acá".
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